El nuevo proyecto de la izquierda abertzale nace con fuerza y anuncia que sus estatutos cumplirán la Ley
GARA. La izquierda abertzale tendrá en breve una formación política completamente nueva, destinada a buscar la acumulación de fuerzas para lograr la independencia y el socialismo y sustentada en una actividad ejercida por vías exclusivamente políticas y democráticas. El embrión se puso con una fotografía poderosa: unos 300 militantes muy diversos. Y con un anuncio añadido: pronto presentarán estatutos para su legalización.
Ramón SOLA | IRUÑEA
En la misma sala del Hotel Tres Reyes de Iruñea en que en primavera recalcó su apuesta por las vías exclusivamente democráticas y políticas, la izquierda abertzale dio ayer otro paso que ve indispensable para superar el actual bloqueo. La comparecencia iba destinada a presentar las bases políticas y organizativas de su nuevo proyecto, pero hubo una noticia más. Tras la lectura del documento, Rufi Etxeberria y Marian Beitialarran- goitia anunciaron que «próximamente» pondrán en marcha los trámites hacia su legalización con la presentación de los estatutos.
Añadieron un matiz importante: «Se elaborarán de conformidad con los requisitos establecidos por la Ley de Partidos». Lo hicieron tras dejar claro que siguen considerando que se trata de una norma de «naturaleza antidemocrática», es decir, que es parte de esa realidad actual «de imposición y negación» que pretenden cambiar con su iniciativa política.
Este anuncio puso colofón a una comparecencia que ya había dejado antes bastantes titulares más. Y es que las bases establecidas para el nuevo partido tienen afirmaciones y subrayados completamente nuevos. La izquierda abertzale lo sitúa como «un punto de inflexión y superación de modelos anteriores». El proyecto se basará en dos pilares: «Una estructura interna y funcionamiento democrático» y «una actividad ejercida por vías exclusivamente pacíficas y democráticas».
Este segundo aspecto es el acaparó la atención. GARA ya lo había adelantado en su edición del viernes, pero el contenido del documento de bases presentado ayer va más lejos en su concreción. Así, se enuncia que el compromiso exclusivo con la política «debe ser firme e inequívoco, no sujeto a variables tácticas o factores coyunturales, y por tanto, deberá rechazar el uso de la violencia o la amenaza de su utilización para el logro de objetivos políticos». Por si quedaran dudas, en el siguiente párrafo se explicita textualmente que «no hay cabida para forma alguna de coacción violenta en la estrategia independentista y socialista de este nuevo proyecto político y organizativo».
Apuesta por la calle y el voto
Ante el lema «Gora ezker abertzalea!» -el nuevo partido aún no tiene nombre- y arropados por los tres centenares de compañeros, Etxeberria y Beitialarrangoitia explicaron que esta formación nueva utilizará exclusivamente «la movilización y adhesión popular, la desobediencia civil, la lucha ideológica y la participación política-institucional». El porqué se explica al principio del documento: «Ante el nuevo escenario en que estamos inmersos, entendemos que el pueblo abertzale y de izquierdas necesita dotarse de un nuevo proyecto político y organizativo que, naciendo de la realidad y condiciones actuales, se proyecte en el futuro como el instrumento de compromiso para la consecución de la independencia y el socialismo».
En la línea de la senda fijada por “Zutik Euskal Herria”, que Rufi Etxeberria citó como fuente del nuevo paso dado ayer, la izquierda abertzale se declara convencida de que este nuevo proyecto político podrá favorecer «el ineludible proceso de acumulación de fuerzas independentistas y soberanistas progresistas, con capacidad e ilusión para modificar las correlaciones de fuerzas sociales e institucionales, e ir paulatinamente provocando cambios políticos y sociales». En el horizonte, dos objetivos, los de siempre de la izquierda abertzale: la independencia y el socialismo.
Impulsar un escenario de paz
El masivo acto de Iruñea otorgó también otro objetivo al nuevo proyecto de la izquierda abertzale: «Que en esta coyuntura histórica impulse un escenario de paz, involucrándose en la dinamización de un proceso de diálogo y negociación que resuelva democráticamente el conflicto, traiga a casa a todos los presos y presas, exiliados y exiliadas, e instale un escenario de respeto de todos los derechos individuales y colectivos».
Precisamente, entre los participantes se encontraban numerosos ex presos políticos vascos, que sumaban muchas décadas de cárcel sobre sus espaldas: José Antonio Torre Altonaga, Medius, Joxean Agirre, Mitxel Sarasketa, Itziar Galardi, Josu Ormaetxea, Kiko Martínez Apeztegia… Se podían contar por decenas los participantes que, sin llegar a tanto, también han sufrido cárcel por su compromiso político: Asier Aranguren, Oihana Agirre, Ino Galparsoro, Xotero Etxandi, Amparo Lasheras…
Como explicó Rufi Etxeberria en la presentación, entre los congregados para arropar este nuevo proyecto había de todo: jóvenes, estudiantes, sindicalistas, personas del movimiento pro-amnistía… Algunas tienen una trayectoria tan larga como conocida: Itziar Aizpurua, Periko Solabarria, Anjel Alkalde, Eugenio Etxebeste, Txomin Ziluaga y Tasio Erkizia, por ejemplo. Acudieron numerosos abogados: Iñigo Iruin, Aitor Ibero, Amaia Izko, Adolfo Araiz, Jone Goirizelaia, Kepa Landa… Decenas de electos: Xabier Mikel Errekondo, Mariné Pueyo, Xanti Kiroga, Aitor Bezares, Niko Moreno… La lista se ampliaba con independentistas tan conocidos como Txelui Moreno, Arritxu Santamaria, Loren Arkotxa, Joxe Manuel Eratsun, Rakel Peña, Nekane Erauskin, Iñaki Antiguedad… y un nutrido grupo de de personas, alineadas en filas de 20 para dar cuerpo y volumen a esta apuesta.
La ciudadanía, el garante
Tanto la masiva participación como el contenido del documento apuntalan además otra clave. La propuesta de la izquierda abertzale se basa en «situar la voluntad democráticamente expresada de la ciudada- nía vasca como único motor y garante de su evolución política». La nueva formación política considera además a la clase trabajadora como su referencia básica para «lograr una sociedad más justa y equitativa».
En coherencia con ello, se anticipa ya que el nuevo proyecto político tendrá «una estructura interna y funcionamiento democrático, plasmado en reglas que garanticen la participación de todos sus miembros, mujeres y hombres, en igualdad de condiciones y oportunidades en la formación de la voluntad colectiva y la soberanía de los órganos internos de debate y decisión, libre de interferencias, subordinación o condicionamiento alguno, y con plena autonomía en las reflexiones y determinación de su línea política. Todas ellas -se añade- son exigencias indisociables de un proyecto político que pretende situar a la sociedad, a sus mujeres y hombres, como protagonistas únicos de los cambios políticos y sociales».
La comparecencia consumió unos 40 minutos, dedicados casi exclusivamente a la lectura de un resumen del documento de bases, primero en euskara y luego en castellano. Tras una alusión final al objetivo del Estado vasco -«sueño de tantas generaciones que nos precedieron y futuro de las que nos sucedan»-, los 300 militantes independientes cerraron el acto con una fuerte ovación y los teletipos comenzaron a echar humo.
Internet-en bidez zabaldu zen agerraldia mundu osora. Euskal Herritik ez ezik, Kataluniatik, Irlandatik edo Argentinatik sartu zen jende ugari egitasmo politiko berriaren nondik norakoak ezagutzeko. 792 ikusle pilatu ziren une gorenean.
Ikusmin handia piztu zuen berriz ezker abertzaleak. Aretoan hamabost telebista kamara zeuden, eta kazetari eta argazkilarien artean 50 lagunetik gora ziren ekitaldiaren edukina jaso zutenak. Hamar minutu eskasetan, Euskal Herriko zein Estatu osoko egunkari digitaletan zegoen albistea.
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