Nuevo disco “Gentuza” a la venta 05/10/10. Ninguno de los cuatro motociclones vive de la música. Robértez trabaja de informático; Óscar Hernández, 35 años, guitarrista más heavy que el viento, es un currante de la construcción en paro; Raimón Trabas, 33 años, bajista, se considera trabajador en un “rollo-búscate-la-vida”; y Dani Garcés, 33 años, también es informático.

Musicalmente extraen lo mejor de cada casa. Tiene la chulería de los Burning, la agresividad de Obús, el macarrismo del primer Ramoncín y el ritmo acelerado de La Banda Trapera del Río. “Madrid es un barrio de Vallecas”, afirman. Y se despiden tomando unos “botijales” (botellines) y con el lema del barrio: “Orgullo y pasión“.

C.Marcos – EL PAIS

Si hay un grupo en el panorama actual donde el público la prensa especializada hayasido unánime en  situarles como una de las propuestas más originales y contundentes  de los últimos años, ése es MOTOCICLON.

Tras el EP de presentación “Somos del rock” (producciones esporádicas, 2005) y los LP’s “Himnos de Extrarradio“  y “Costras y Tachuelas” (Rock is Pain/Beat Generation, 2007 y 2009, respectivamente), siendo este último nominado como “mejor album de Heavy Rock” en los Premios de la música independiente”, así como 5º mejor disco del año, por la prestigiosa revista RockZone.

Actualmente están a punto de editar ‘Gentuza’, que ha sido grabado en directo en los Estudios Influx por Miguel Lorenzo y Adrián Ceballos y Corleone Estudios junto a Mr. Chifly y cuya portada ha corrido por cuenta de Screaming Mario Loco. ‘Gentuza’ será editado en CD y vinilo, y tras su lanzamiento, se verá respaldado por una extensa gira de presentación que devolverá a los escenarios el peligro y la excitación que una banda que se toma cada concierto como si fuera el último.

Creadores absolutos del HeavyPunk, sus conciertos son un incendiario show de rock sin prejuicios, himnos con un virtuosismo instrumental casi inédito en el circuito punk-rock estatal.

Por otra parte, con más de 160 conciertos en los últimos 4 años, han sabido devolverle el peligro y la excitación al rock and roll, tomándose cada uno de sus shows como si fueran el último.