Fuentes sin agua para evitar a los inmigrantes
El alcalde de Bonrepòs asegura que quiere evitar un “escándalo público”
MARIA COMES – Valencia. Las fuentes de Bonrepòs i Mirambell miran secas a todo aquel que se acerca a beber. El Ayuntamiento las ha cerrado por supuesto “escándalo público”, como confirmó a este periódico el alcalde de la localidad, Jesús Raga. Según su versión, una persona, en este caso, un inmigrante, se acercó a una de las fuentes decorativas situadas frente a la plaza del Ayuntamiento y se desnudó con el fin de “ducharse”. Los vecinos no habían oído nada en referencia a este escándalo. “Yo solo he visto a los niños meterse debajo del agua”, afirma Rosita, dueña de una papelería situada en la plaza donde se ubica dicha fuente.
Rosella Antolí, vecina de la localidad, se dio cuenta de que las fuentes no funcionaban, como en Almàssera, y durante el pleno, celebrado el pasado miércoles, preguntó por qué. El alcalde, contestó que “unos vecinos anónimos lo pidieron para evitar que personas sin papeles que habitan en los antiguos cuarteles militares vayan a por agua”, una versión distinta de la que dio a este diario.
Tanto la regidora del Bloc, María José Amigó, como la del PP, Amparo Ros, han confirmado que esa era la razón que dio el alcalde y no la del “escándalo público”.
Vicen Muñoz, quien también acudió al pleno afirma que después de está declaración, Raga no respondió más preguntas a pesar del revuelo en la sala. Tampoco anunció el restablecimiento de los servicios y añade que siempre hace peticiones “y nunca las conceden”. Además, “durante años los agricultores han llenado agua en las fuentes para regar y nadie les ha dicho nada”, concluye.
Los citados inmigrantes viven en los antiguos cuarteles militares desde hace un par de años, ya que el edificio está abandonado desde hace cinco años, cuando los más de 50 propietarios consiguieron que el Ministerio de Defensa les devolviera sus parcelas, expropiadas durante la Guerra Civil. Lo que todavía no han conseguido es que recalifiquen los terrenos para poder hacer uso de los mismos, por lo que existe un vacío legal. Esta es una de las razones por las que la construcción está ocupada.
Según explica Momodú, un subsahariano que vive en el cuartel, allí habitan más de 150 personas de múltiples nacionalidades. También declara que antes “funcionaban todas las fuentes pero ahora solo dos” y que ellos toman el agua para beber y asearse “dentro de los cuarteles, nunca fuera”.
Unos vecinos, sentados en una de las plazas comentan que, a veces, hay cola y que “vienen con carros y muchas garrafas”. Otros, aseguran que no molestan y que casi no los ven.
“¿Dónde está la humanidad?”, se pregunta Rosella Antolí, “no se le debería negar el agua a nadie”. El alcalde, mientras, sigue asegurando que su decisión de cerrar las fuentes “es completamente ajeno al tema de la inmigración”.
Fuente: El País
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