Filtran más de 90.000 documentos secretos sobre las operaciones de EEUU en Afganistán

La organización Wikileaks ha filtrado más de 90.000 informes militares clasificados referidos a las acciones del Ejército de EEUU en Afganistán, que revelan detalles nunca conocidos hasta ahora como operaciones encubiertas o muertes de civiles de las que nunca se informó.

 

La página web Wikileaks ha obtenido más de 92.000 documentos secretos referentes a las acciones del Ejército estadounidense durante la invasión de Afganistán, que detallan, entre otros aspectos, las profundas sospechas de los militares estadounidenses sobre la presunta colaboración de los servicios de inteligencia paquistaníes con la insurgencia talibán, así como detalles sobre las operaciones de combate nunca revelados hasta el momento.

Los documentos han sido facilitados por la organización Wikileaks a los diarios “The New York Times” de EEUU; “The Guardian”, de Gran Bretaña, y “Der Spiegel”, de Alemania, antes de colgarlos en su propia página de Internet. Se trata de informes recogidos entre enero de 2004 y diciembre de 2009 y suponen, a juicio del jefe de la sección de investigación de “The Guardian”, David Leigh, “lo que podría ser la mayor filtración en la historia de los servicios de Inteligencia”.

Entre los documentos hay informes de agencias de inteligencia en los que se detallan posibles amenazas contra las tropas, descripciones de operaciones de combate, transcripciones de conversaciones con políticos locales, la mayoría de ellos clasificados de alto secreto. Ninguna de las fuentes oficiales consultadas por el “New York Times” ha cuestionado la veracidad de la información, según el rotativo estadounidense.

La Inteligencia estadounidense acusa al Servicio de Inteligencia Paquistaní (ISI) de “armar, financiar y entrenar a la insurgencia talibán desde 2004″, según revelan los dossieres, aunque se destaca que no existe ninguna prueba concluyente que demuestre estas acusaciones.

Unidades secretas

De igual modo, se desvela la existencia de unidades secretas conocidas como Fuerza de Intervención 373 –un grupo clasificado de operativos especiales del Ejército y de la Marina– que cuentan con una lista de “muerte o captura” en la que figuran unos 70 altos comandantes insurgentes “para matarlos o capturarlos sin juicio”.

También se revela que grupos paramilitares relacionados con la CIA, y conocidos como miembros de la OGA (Otra Agencia del Gobierno, por sus siglas en inglés) operan en Afganistán y ocasionalmente han causado muertes de civiles en el transcurso de sus maniobras.

Los informes, en términos generales, describen a una insurgencia “resistente y astuta” que está desangrando a las fuerzas estadounidenses a través de una guerra de desgaste, según las conclusiones preliminares de los numerosos periodistas del “New York Times” encargados de analizar los documentos.

En cuanto al número de bajas civiles por “conducta inapropiada” de los soldados, los documentos admiten que 195 civiles han muerto y otros 174 han resultado heridos a manos de las tropas extranjeras ocupantes al ser “confundidos” con “terroristas” suicidas.

“Algunas de estas bajas se deben a los ataques aéreos que han suscitado protestas del Gobierno afgano en el pasado, pero un gran número de incidentes hasta ahora desconocidos parecen ser el resultado de soldados que abren fuego contra conductores desarmados o motociclistas, a causa de su determinación a protegerse de terroristas suicidas”, afirma “The Guardian”, que añade que estas cifras “es probable que estén subestimadas porque muchos incidentes en duda se omiten” de los informes de campo.

Además de los documentos filtrados, la organización se ha reservado otros 15.000 a petición de su fuente aunque, según asegura, los publicará posteriormente tras ocultar datos que puedan ser perjudiciales.

La Casa Blanca condena

Tras la filtración de los informes, la Casa Blanca se ha apresurado a señalar que “la revelación de esta información clasificada pone en peligro las vidas de los estadounidenses y de nuestros socios”.

En un comunicado, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, el general James Jones, ha subrayado que los documentos publicados abarcan el periodo entre enero de 2004 y diciembre de 2009, la mayor parte durante el mandato de George W. Bush.

Critica que “Wikileaks no ha hecho el menor esfuerzo para ponerse en contacto con nosotros sobre estos documentos” y lamenta haberse enterado de la filtración a través de los medios de comunicación que las han recibido.

“Estas filtraciones irresponsables no tendrán repercusión alguna en nuestra relación con Pakistán y Afganistán, y en nuestro apoyo a las aspiraciones de ambos pueblos”, según la declaración oficial recogida por el diario “The Huffington Post”.

Fuente: Gara

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